2. La Revolución de Febrero: La caida del Zarismo.
La participación de Rusia en la I Guerra Mundial fue catastrófica. Hubo continuas derrotas, incompetencia militar, pérdidas territoriales, dos millones de muertos, desmoralización de las tropas, subida de los precios y hambre en la población.
En febrero de 1917 estallaron en la capital manifestaciones espontáneas de mujeres en demanda de pan y paz. A estas quejas pronto se sumaron los obreros en huelga y otros grupos sociales. La represión fue contundente: el ejército sacó sus tropas a la calle, detuvo manifestaciones y la Durna fue clausurada.
Pero las protestas continuaron y llegó un momento en que los soldados, desobedeciendo a sus superiores, se negaron disparar sobre los manifestantes. Era el final del zarismo. Nicolás II tuvo que abdicar y Rusia se convirtió en una república dirigida por un Gobierno provisional de carácter liberal-democrático.
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